sábado, 12 de febrero de 2011

Qué manera de arrancar el 2011...

Si. Desde principio de año se fueron sucediendo algunos eventos que, de una u otra forma contribuyen a desestabilizarme, ya sea física o emocionalmente. Y mucho. Mal.

"Todo pasa por algo", me han dicho. "Dios te está poniendo a prueba", he oído. "No hay mal que por bien no venga", rezaron. Basura. De la mejor. Pura basura.

Lo cierto es que hoy y a esta tan temprana altura del año, para mi, viene siendo un verdadero año de mierda.

Por un lado está mi dichosa operación de principios de Enero. El 2011 no terminaba de despertarse, cuando se decidió a regalarme una vigorosa peritonitis que casi me manda al tacho.
De haber esperado un día más... no se si estaría escribiendo esto. Fatalista? Para nada! En palabras de la Dra. que me operó, tenía "el apéndice en estado gangrenoso, con doble perforación". Si, leiste bien. Estado gangrenoso. Y paremos con los detalles, que son algo desagradables.

Pero eso no es todo. Hubo una previa: la noche que fui a la guardia porque no me podía mover, caí en el Hospital Vecinal de Lanús. Ahí me revisaron y me dijeron que había que operar. Había un solo inconveniente: tenían UN solo anestesista, que estaba de vacaciones. Y no había reemplazo. Y si pedían el traslado, el trámite tardaba entre 12 (si, doce) y 16 hs. Fantástico. Sublime. Épico.
Así es que me tuve que ir en remis hasta el Hospital Evita, donde finalmente me mandaron al cuchillo para sacarme esa porquería.

En fin, la primer semana del año, la pasé internado. Lo que siguió a eso fueron semanas de recuperación, dieta y eliminación de todo tipo de esfuerzos. Pero aquí estoy. Ponele que "lo bueno" (si queremos ver el vaso medio lleno) de todo esto sea que me sirvió para bajar unos cuantos kilos.

Y todo esto no termina acá.

Los que me conocen saben el afecto y el cariño que tengo por los animales. Y cómo sufro con ellos cuando algo les pasa.
Hace algunas semanas que uno de mis perros, Jack, está con un tipo raro de infección en la piel. Si bien la infección fue cediendo, posteriormente a eso comenzó a mostrar síntomas de malestar estomacal. Que resultaron ser causados por un tumor hepático. En tan solo 3 días se vino completamente abajo. Y nosotros nos vinimos abajo con él. Estamos total, completa y absolutamente destrozados.

Es mucho. Demasiado para tan poco tiempo. Muy difícil de asimilar. Y mucho más difícil recuperarte antes del próximo golpe. Estas cosas te quitan las esperanzas, la fuerza y las ganas de vivir.

Bien, esas son las noticias. Voy teniendo un 2011 para el olvido. Espero terminarlo de otra forma.

Hasta la próxima.
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